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Aunque siempre hemos estado rodeados de leyendas urbanas, la masiva utilización de Internet, del correo electrónico y, más recientemente, del WhatsApp, ha hecho que su difusión se incremente exponencialmente. Incluso el número de las mismas ha aumentado de forma desproporcionada. Sin ir más lejos, hoy mismo he recibido tres mensajes distintos (de tres personas distintas) que tenían en común ser una historia inventada, casi totalmente falsa.

Y así llegamos a uno de los mayores problemas de Internet hoy día: la trasmisión viral de los Hoax (bulos o engaños masivos).  Ahora, además, estas historias increíbles, leyendas y mitos se trasmiten a gran velocidad y sirven para bloquear servidores, atacar a la competencia, denostar a algún personaje, realizar determinados fraudes, o simplemente, para «fastidiar». Las increíbles, fascinantes, absurdas y atrapantes historias que antes se trasmitían oralmente, ahora se propagan rápidamente vía móvil. Y demasiada gente cree que, muchas de ellas, son ciertas.

Por ejemplo, son famosas en todo el mundo leyendas como la que afirma que Walt Disney está congelado en espera de una cura para el cáncer, la que asegura que nació en Alicante y fue adoptado por una familia norteamericana; o la que dice que las alcantarillas de Nueva York están invadidas por cocodrilos (albinos) porque algunas personas sin escrúpulos, cansados de tener uno de ellos como mascota, los arrojaron por el inodoro. Estas leyendas, en su actual adaptación a Internet, casi siempre persiguen los objetivos (malvados) de cualquier hoax:

  • Captar direcciones de correo (para mandar spam, virus, mensajes con phising o más hoax a gran escala).
  • Intentar engañar al destinatario para que revele su contraseña o acepte un archivo de malware.
  • Incrementar el tráfico en la red, pudiendo llegar a saturar servidores.
  • Desacreditar o perjudicar a alguna empresa, personaje u organización.
  • Hacer perder tiempo a la gente.
  • Confundir a la opinión pública.
  • Alimentar su ego.

Dos de los más clásicos, y que más me fastidian: el de un próximo atentado que parece ser de dominio público y que exhorta a no salir a divertirte… y el de la actualización de Windows Live «el virus más destructivo que haya existido«. Ambos llevan años en circulación, pero como la muerte de un famoso payaso, siempre vuelven… Impresionante, ¿verdad?

Y como cualquier hoax, nunca deben ser reenviadas. De hecho, deberías avisar a la persona que te lo envió, para evitar que lo siga propagando y, en algún caso, que haga el ridículo. Pero, ¿cómo saber si se trata de una auténtica leyenda urbana?

Una de las principales características de una buena leyenda urbana es que le pasó a un amigo de un amigo. En inglés también se llaman FOAF Tales (Friend Of A Friend tales) o «historias del amigo de un amigo«. Siempre hay quien jura que le ocurrieron a un amigo suyo, pero nunca conoceremos a nadie al que le hayan sucedido realmente (aunque algunas personas puedan asegurarlo). Yo, por ejemplo, recuerdo haberme fumado algún «Malboro de marijuana«. Bueno, yo no. Un amigo mío. El mismo que se encontró una uña de rata en una hamburguesa…

Por otro lado, a veces incluyen elementos de terror, pudiendo contar historias sobre peligros terribles que nos acechan, por ejemplo, conocer una bonita chica y terminar con algún órgano extirpado; o traerte una extraña planta de un exótico viaje y que resulte ser un nido de horribles arañas mortales. También pueden apelar a la solidaridad, informando de la desaparición de un menor…

Aparecen misteriosamente, nadie sabe de dónde salen, no hay ninguna fuente donde comprobarlas, aunque todo el mundo las conoce. Lo cierto es que la mayoría toman elementos de la realidad o recuerdan algún hecho real. Casi todas suenan un poco absurdas, pero podrían ser ciertas. Están en el límite de la realidad. Por eso también tendremos que utilizar al máximo el sentido común.

En su versión hoax añaden algunas características especiales, incluyendo frases con alertas catastróficas tipo «Tenga mucho cuidado!» o «Podría morir!»; citan fuentes indiscutibles como la CNN o la del grupo Antiterrorista de la Policía, pero no disponen de ningún enlace para verificar la información (aunque a veces cuentan con muchos detalles); y finalmente, para responder al objetivo para el cual fueron creadas, siempre piden que las reenvíes a tus contactos. Esto es lo primero que debería hacerte dudar.

Algunas de las mejores páginas sobre este tema, en las que encontraremos la mayoría de los hoax más extendidos y otra mucha información de interés, son:

Leyendas Urbanas

Sobre Leyendas

Las 10 Leyendas Urbanas Mas Famosas

Y mi favorita: CazaHoax

 

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